En un laboratorio de ciencia
entre tubos y probetas,
hay una vida diminuta
que apenas se vislumbra.
Son las bacterias y microbios
seres tan pequeños que apenas se notan,
pero que en su minúsculo mundo
tienen todo un universo propio.
Se multiplican y crecen
en un constante ajetreo,
buscando nutrientes y espacio
para seguir su camino.
En las placas de Petri y los medios de cultivo
se puede apreciar su acción,
colores y formas distintas
que revelan su diversidad.
Algún día, en un futuro lejano
quizás podamos comprender,
la importancia de estas criaturas
que tanto nos pueden enseñar.
Por ahora, en el laboratorio
observamos su vida diaria
y nos maravillamos de su capacidad
de adaptación y supervivencia.
En un mundo tan pequeño y desconocido
hay tanto por descubrir
la vida bacteriana en el laboratorio,
es un ejemplo de ello.