Justa la princesa
que destripó las leyendas
cubriendo de gusto los colores
terminando su vida con un hacha.
Sin trueques ni probarlos
en esta puñetera vida
que los bufones van en ferraris
y los nobles en babosas.
Ya no se cantan ni pregonan
las andanzas de caballeros
algunos se han ido al exilio
lejos muy lejos de las suegras.
Y por experiencia del mercenario
que dolor más tremendo en combate
ya no quedan cuentos hermosos
ni repelentes monstruos.