La nueva profesora.

En su primer día de curso una profesora joven y tímida empieza en un colegio antiguo y prestigioso. Después de que le dieran sus primeras indicaciones en el centro se disponía a dar su primera clase.

El colegio de piedra era como un laberinto interior donde sus propios pasillos formaban callejuelas con escaleras de subida y de bajada en diferentes niveles, a pesar de los diversos carteles era fácil perderse.

Y eso fue lo que le sucedió, el tamaño impresionante del lugar y su entorno despistó a la joven profesora que intentando bajar por una escalera con una barandilla de madera acabó rompiéndola y cayéndose al hueco que la misma escalera creaba dándose un buen costalazo.

Cuando consiguió recuperar la respiración escuchó como alguien intentaba abrir una de las puertas cercanas a donde estaba, entrada en pánico agarró el pomo de la puerta forcejeando con quien estuviese del otro lado.

Sudando de miedo y temblorosa cuando dejaron de forcejear intento salir corriendo por el único pasadizo que se encontraba en ese nivel del colegio, pero su pierna derecha le costaba asumir su función del golpe y la iba arrastrando pesadamente.

Sus ojos se dilataron enormemente cuando las pocas luces que había se apagaron y un suspiro se oía cercano. Arrollada por el miedo la joven profesora empezó a gritar desconsolada haciéndose una bola en el suelo.

Cuando una mano le toco el hombro empezó a patalear y a sacudirse como si le fuera la vida en ello y una voz que ya había escuchando anteriormente que la llamaba la dejó helada.

Cuando consiguió abrir los ojos pudo ver a la directora del centro que le preguntaba si estaba bien, que en su demora por llegar a la clase salió en su busca y que al verla en el suelo gritando se acerco en su ayuda.

La joven profesora reponiéndose del mal trago agradeció el detalle y caminando con la directora se fue para su nueva clase, a pesar de la normalidad en el aula ella seguía pensando en esos momentos de horror.

¡Rinnnnnggggg rinnnnngggggg!

Suena un despertador.

El menú, de Mark Mylod, año 2022

Ayer por la noche mientras algun@s no podían dormir por la llegada de los Reyes, mi pareja y yo nos fuimos a ver una película: “el menú”. Del director Mark Mylod, la cinta es una obra de arte culinaria con tintes cínicos, estridentes, cómicos, salvajes y psicópatas. Los actores principales Ralph Fiennes y Anya Taylor – Joy están mayúsculos, aunque es el primero con su actuación de chef el que se lleva todos mis elogios. De los secundarios resalta de entre un buen elenco el que yo llamo el “idiota masoquista”, Nicholas Hoult que borda hasta la desesperación al ser humano más irritante del planeta, todo lo que le pasa es poco. Hong Chau la actriz asiática que encarna a la ayudante principal del chef es sádica verbalmente, pero divierte, lo suyo no es una lengua son puñaladas directas al corazón. Leguizamo y demás compañía aportaron la pimienta para completar un menú de horror que hacen de las casi dos horas un metraje excelente de degustar y que no te deja indiferente, en consecuencia, una buena elección para una noche de Reyes solo o en compañía.

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La niña del peine

La niña del peine es una leyenda urbana que empezó a sonar hace pocos años por el sur de un país, una historia que infunde un terror tremendo y que muy pocas personas son capaz de hablar en la intimidad de la oscuridad o a la luz de una vela.

La niña del peine era una violenta y cruel asesina que usaba su peine como arma blanca afilada que decapitaba cabezas cuando lo lanzaba, un peine de armas tomar, afilado como las garras de un tigre de Bengala, más rápido que una bala y que poseía el poder de una vez lanzado volver a la mano de la niña para ser usado repetidas veces.

La niña del peine como otros misterios del terror como el Ayuwoki, Momo, etc. Es de una frialdad infinita y cuando mencionas su nombre tres veces en el espejo del baño mientras estas sentado en el escusado cagando se te aparece y no deja pelo en cabeza, ni cuello sobre hombros, por eso recuerden que nunca, pero nunca la mencionen o la niña del peine podrá entrar en sus vidas y desgraciarlos como si hubiesen comido chipirones en mal estado, o judías fritas con salsa jalapeña con fabada y lentejas en un mismo bocadillo de pan de molde, algo inaudito.

La niña del peine es por lo tanto causa de paredes derribadas, aumento de la venta de peluquines, personas dadas de baja en el uso de las conexiones inalámbricas, venta de spray pimienta a toneladas, pañales aborrecedores del miedo y toda una industria detrás de ella, es cierto, es verdad, la niña del peine, es mortal.

Posdata: ¡Quedan avisados!