Te amo
mientras tus manos me seducen,
tus pezones juegan en el limbo
de mis labios humedecidos.
Te siento
en esos adentros que capitularon,
a la manera que tienes de quererme
de dejar enfriar mis sabanas.
Te deseo
más allá de sentirte dentro de mi,
en cada embestida hacia el cielo
nuestros orgasmos al fin compartidos.
Te quiero
en esa lejanía que nos reclama,
en todos los momentos del día
que hacen de amarte mi llamada.
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