Caminar

No dejes que tus pies no toquen el suelo, es lo único que nos une con nuestros ancestros.

Caminar
Caminar

Mi gato a tus pies

Mi gato te olía los pies intentando negociar contigo un lado de la cama, te quitaste los calcetines no tenías miedo a que se abalanzara sobre tu dedo gordo pensando que era un ratón callejero y lo acariciaste con ternura, sin temor a que se revolviera contra tu pelo rubio en señal de desacuerdo y viste que te acepto cuando intento quedarse dormido entre tus piernas, no sabe nada el individuo.

Veros a los dos en la cama tumbados y relajados sin dejarme un solo hueco por donde colarme mientras mirábamos una película de terror era la sensación mas agradable que había tenido en toda la semana, al fin un poco de paz a todo el jaleo que me rodea, a mi mente inquieta, a la soledad de mi cuerpo y al castigo de mis versos.

Por momentos me quedaba mirando fijamente como por momentos los dos, gato y felina humana os quedabais dormidos, sentido para mi de que el colchón y la compañía era buena, relajante, sencillamente en un punto de éxtasis de confianza y exaltación del mas puro estilo de la tranquilidad.

De vez en cuando mi mirada se perdía en el horizonte, la noche despejada con las mejores estrellas de mi cueva, los gritos de terror en la pantalla y tus ojos cargados de experiencia buscándome las cosquillas entre el ronroneo de mi gato y sus maullidos suaves para que no te movieras tanto y lo dejaras descansar sin tener una marejada cada segundo que algo te impresionaba en la película o en tus pensamientos querías hacerme a mi.

Hoy mi gato esta acostado en el mismo sitio que lo estabas tu ayer, ha rascado la superficie de la sabana que le coloco para el, la ha olfateado buscado tu perfume y me ha mirado con la boca abierta, entendí lo que me quería decir con eso ¿le hiciste el amor?. Y yo le respondí: “la curiosidad mato al gato” y sonreí jajajajajajaja.