Siento tu calor
en el suicidio de mis pupilas
rasgadas por el polvo estelar
por tu dedo señalándome.
Me culpas de matar los sueños
de no dejar que vuelvan a mi
que no duermo porque temo la muerte
para que te olvides de las noches.
Y ya no se la última vez
que pude descansar con travesuras
donde escapar a lo incierto
y despertar al amanecer.
Me señalas con culpa
como si preparase mi panteón
por humedecer mis ojos cansados
por no aceptar la verdad.