Ya está aquí la escarcha en el campo
y el frío pegado a los cristales,
las marcas del calzado en el suelo
por la infinita capa de hielo.
Ya te acuestas y te levantas
entre la oscuridad más cerrada,
los días van bajando inexorablemente
como lo hace nuestras vidas.
Se congelan las ideas
y nos tapamos para recuperarlas,
el invierno nos enseña la crudeza
de estar alerta cada día.