Mi pecho arranca
el dolor aprieta
del cuerpo sin fuerzas
aplaude amaneceres.
Quisiera cambiar
todo lo extraño en mi interior
aquello que fuerza mi mente
a vivir sin sonrisas.
Mi pecho arranca
el dolor aprieta
del cuerpo sin fuerzas
aplaude amaneceres.
Quisiera cambiar
todo lo extraño en mi interior
aquello que fuerza mi mente
a vivir sin sonrisas.
Vete
alarga tus alas negras
pósate en el abismo
fuera de mi corazón.
No te necesito
no conoces las promesas
solo el daño eterno
de tu fuego aniquilador.
El odio es tu lema
aplastar los sentimientos
romper las corazas
desproteger un beso.
La luz te escapa
la sensibilidad también
eres la garra penetrante
que quita la vida.
Quería amarte
pero no tenía más fuerzas,
no podía olvidarme de tus caricias
ni de las noches por ti en vela.
Eras todo aquello que me llenaba
incluso más allá de mis venas,
me dolía ver tus ojos tristes pero
más me dolía tu agonía.
Quise entregar mi alma por ti
pero ya no me la querían,
no es fácil vivir eternamente
buscando tu alegría.
Ya no busco el perdón de tus labios
los dos hemos sufrido el infierno,
quería vivir enamorado por siempre
pero nos lo han negado.
Me cuidas
desde la distancia
con cariño
entre abrazos imaginados.
Me besas
y calmas mi dolor
como si fuera tuyo
para hacerlo más pasajero.
Me entiendes
sabes por lo que estoy pasando
y no bajas los brazos
me quieres.
Y lo agradezco
no sabes cuanto lo hago
aunque sufrir me apague
y me robe parte de la felicidad.
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