Una balada suena lejana
los aullidos de mis testículos
que te llaman en melodía
que te echan de falta.
Esa composición que me disloca
los pulsares de mi corazón
que te tengo entre mi vida y la tuya
buscándote desde la razón.
Que me atormentas como el cianuro
cuando no estas encima mía
soy un adicto a tu sexo como el perfume
que llevas los Domingos.
Como un disco de vinilo
con demasiadas revoluciones
hazme la guerra en mis pezones
que te dejo ganarme fácilmente.