Yo no te pongo los cuernos
porque me los serraron al nacer
yo te disputo el prado cada día
orinando abriéndome de patas.
Me como la mejor hierba
esa que para muchos produce leche fresca
te deja la mancha en los labios
y tensa la bolsa doble que te cuelga.
Busco la mejor cama de esa paja
tan seca que sus crujidos me relajan
allí donde retozas contra mi pelaje
y quieres llegar a mis agujeros.
Me encanta la noche estrellada
donde en la luna me miro y contemplo
subida encima de un penacho
marcándome un corte de mangas…