Sorprendida
entre dos lunas violeta
en un camino de belladona
entre vientos de platino.
Asombrada
por el canto de la ballena
la caricia del pulpo
el beso de una mariposa.
Alucinada
por el sexo del mar con las rocas
los valores de las nutrias y la madera
una gota de agua.
Enamorada
de un viejo ermitaño
de sus pensamientos imperecederos
de su eternidad proscrita.