Categoría: esperanza
Aquello que tienes y no quieres…
Tanto tiempo esperando por ti que se nos comió el deseo y la esperanza, dejando que hicieses lo que te viniese en gana creyéndote que nunca podría ser de otra, que solo amaba a una mochila llena de viejas glorias y anécdotas. Ahora te preguntas porque te dejaste tanto que no puedes ignorar preguntar que pasa en la calle donde paseábamos por las mañanas sin normas, sin cafés de espíritu y dándole a las horas reflejos de nuestras cosas.
Pero el amor no esta muerto y siempre seguirá ahí aunque no lo tengas, se te escape entre tus dedos porque prefieras sentirte parte de un secreto a reunir el valor de empuñar la espada que corte en dos lo que te gruñe en tu corazón, no olvides los viejos sueños. Todo el tiempo que me lanzabas bombas de ideologías y promesas que no has cumplido… Nos hacemos viejos.
Y ya no estamos empañados por la Capital ni por los residuos de una atmósfera a la que echarle las culpas de noches sin dormir, de pasiones encubiertas, de quererte tanto y tanto que ha dolido tener que partir sin guardar la pistola, ni siquiera sin decir adiós. Puede porque en algún momento cambies tu vida y salgas a respirar más allá de un pueblo lejano, te vuelvas amante de la sal y el viento del Norte y te dejes de tanta mierda para tus adentros y de verdad desempolves la valentía que durante tanto tiempo pedí.
Ahora me comen los mocos aquellos de una estación de tren sin pasajeros, donde no hay princesas ni unicornios, tampoco el bocata de jamón que llevaba camino de tu puerta con una botella de agua mineral, tú música desfasada, una vaca por montera y la rabia de entregarme como Judas en manos de otra piel.
Por los siglos de los siglos. Amén.