El mundo para mí no tiene color
ni la luz del sol ni la noche estrellada,
no puedo ver el mar ni una flor
ni la sonrisa de una persona amada.
Pero no me lamento, ni me quejo,
porque aunque no tenga la vista
siento la brisa y el aire fresco
y mi mente con imágenes se llena.
Puedo percibir el mundo de otra forma
con mi oído, mi olfato y mi tacto,
y así encontrar una belleza distinta
en mi corazón y en mi alma un inmenso impacto.
Puedo sentir el calor del sol en mi piel,
escuchar la música de las hojas en el viento,
oler las flores que otros no pueden ver
y sentir el amor en cada momento.
Así que aunque no vea con mis ojos
puedo sentir la vida con mi corazón,
y aunque mi mundo sea distinto y algo borroso
siempre tendré en mi mente esa emoción.