Nunca ha salido de su hogar
y su ventana es su única luz,
observando la vida pasar
con tristeza en su corazón.
Las calles le parecen oscuras
y el bullicio le causa temor,
su miedo a lo desconocido
la mantiene en su habitación.
Pero su mente es su refugio
y su imaginación es su mar,
donde puede ser libre
y soñar sin tener que luchar.
Aunque su vida es solitaria
y su corazón está herido,
su espíritu sigue fuerte
y su alma sigue estando unida.
Quizás algún día se atreva a salir
y ver lo que hay más allá,
a pesar de sus miedos y dudas
a pesar de lo que la pueda amenazar.
Por ahora, ella sigue esperando
y viviendo en su pequeño apartamento,
donde su corazón solitario
sigue siendo su único aliento.