Una pulga brinca y brinca,
sin un hogar fijo,
en pelajes se aloja,
y de sangre se alimenta.
Un piojo se aferra,
a la melena de un niño,
picando y picando,
sin dejar un respiro.
Un saltamontes vuela,
por prados y jardines,
saltando y disfrutando,
de su libertad sin fines.
Una oruga se arrastra,
buscando hojas verdes,
se alimenta y transforma,
en una mariposa al verte.
Un pollo sin cabeza,
corre sin rumbo fijo,
sin pensar ni sentir,
la vida pasa sin sentido.