El corazón late con ansiedad,
como un pájaro encerrado en su jaula,
buscando escapar de su prisión
y volar libre en la vasta extensión.
El miedo lo envuelve con sus garras,
la incertidumbre lo aprisiona,
y el dolor lo hace palpitar
con cada latido más y más.
El corazón anhela la paz,
pero sus latidos lo traicionan,
y la ansiedad lo hace sufrir
en una danza interminable.
Pero a pesar de su tormento,
el corazón sigue latiendo,
y en cada latido hay esperanza,
de encontrar la calma y la confianza.
Y así, como un pájaro que finalmente vuela,
el corazón puede encontrar su libertad,
y dejar atrás la ansiedad
para encontrar la paz y la felicidad.