Un día soleado y tranquilo
camino sin preocupación,
cuando de pronto un resplandor
me deja inmóvil.
Un rayo cae en mi cabeza
y mi cuerpo tiembla sin control,
mi mente se nubla
no sé qué sucede sólo sé que estoy en el suelo.
El dolor es intenso
pero mi mente se aleja,
y veo cosas extrañas
que jamás imaginé.
Me siento ligero y floto en un espacio sin fin,
mientras escucho una voz
que me llama hacia el final.
Veo mi vida en retrospectiva
y comprendo el valor de cada instante,
me arrepiento de lo que no hice
y agradezco lo que he logrado.
De repente,
una luz cegadora me devuelve a la realidad
y despierto en una cama,
con la sensación de haber vuelto a empezar.
El rayo me ha cambiado
y ahora veo las cosas de otra manera,
aprovecho cada segundo y valoro cada día
como si fuera el último de mi vida entera.