Las cadenas del mundo nos sujetan
nos aprisionan y nos limitan
nos mantienen sin libertad
y nos hacen perder la razón.
Hay cadenas de la pobreza
que limitan el progreso y el bienestar
que mantienen a la gente en la miseria
y que nadie parece querer combatir.
Hay cadenas del odio y la discriminación
que nos separan y nos hacen daño
que nos impiden ver la belleza
en cada ser humano y en cada ser amado.
Hay cadenas de la injusticia y la opresión
que nos hacen sentir impotentes y pequeños
que nos impiden soñar con un mundo mejor
y que nos hacen sentir solos y solas.
Pero no debemos rendirnos
debemos luchar contra las cadenas
debemos buscar la libertad
y debemos creer en la igualdad.
No debemos temer las cadenas
debemos enfrentarlas y vencerlas
debemos alzar la voz
y debemos unirnos en la paz.