Era una tarde de otoño cuando se conocieron. Ambas estaban sentadas en el parque, disfrutando de los últimos rayos de sol y leyendo sus libros. Una de ellas se llamaba Elena, y la otra, Ana. Sus miradas se cruzaron y se sonrieron mutuamente.
Elena se acercó a Ana y le preguntó qué libro estaba leyendo. Ana respondió con una sonrisa, y así comenzó su conversación. Se dieron cuenta de que compartían muchos intereses y pasaron horas hablando y riendo juntas.
A medida que pasaba el tiempo, se volvieron cada vez más cercanas. Elena se dio cuenta de que estaba enamorada de Ana y decidió confesarle sus sentimientos. Ana se sorprendió al principio, pero también se dio cuenta de que sentía lo mismo.
Las dos chicas empezaron a salir juntas y su amor crecía cada día más fuerte. Pasaban todo su tiempo libre juntas, explorando la ciudad, viendo películas y cocinando juntas.
A medida que pasaba el tiempo, Elena y Ana se enfrentaron a desafíos. Algunas personas no aceptaban su relación debido a la homofobia, pero las dos chicas se apoyaban mutuamente y seguían adelante.
Finalmente, en una noche de luna llena, Elena propuso matrimonio a Ana en el parque donde se conocieron. Ana aceptó con lágrimas en los ojos y juntas se comprometieron a pasar el resto de sus vidas juntas.