Nadar de manera romántica por Arcade,
bajo la luna y las estrellas,
es como flotar en un sueño,
en un mundo de paz y tranquilidad.
El agua es suave y cristalina,
como un manto de seda bajo mis brazos.
Me siento sin peso y libre,
como si estuviera volando.
Es un momento de conexión y de amor,
de dejar atrás todas las preocupaciones
y disfrutar del presente,
del momento, de estar juntos.