En las calles de la melancolía
partía hacia el sol mi desdicha
para quemarse con mis alas
de viejo ángel justiciero.
Purgar en el fuego mis pecados
aquellos por los que he vivido
que sin arrepentirme de mucho
no me considero parte de nada.
A ver si las llamas me purifican
y me devuelven a una tierra
donde los corazones sean eternos
y no se separen nunca.
Y aunque es mucho pedir
el no convertirme del todo en cenizas
de ser así dejarme en el espacio
vagando entre las estrellas.
Letanías latentes entre sentidos y profundos versos.
Saludos fraternos.
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