Mandar un mensaje
sin sentirse ofendido
es como dejar la puerta abierta
al pasar del tiempo.
Nos precipitamos
cuando no nos conocemos
pero si sirve de algo
mejor con agua templada.
Poner nuestros nombres
en toda aquella ropa de casa
es más letal que la violencia
que más inquieta.
Agradecer decisiones
cuando los votos no cuentan
parece raro y extraña
cuando no tienes hierba.