Las cosas que me dices
cuando me tiras de la lengua
no subestiman para nada
lo que te guardas en tu boca.
Tu universo mas absurdo
patea bajo tu ombligo
porque las pruebas mas elementales
es cuando sonríes y saludas.
Y no culpes las distancias
que marcan las estrías
como autopistas del sentido
cuando te afilas las uñas.
El descanso que te das
y como argumentas sin ayudar
crean la conciencia necesaria
que te haga saltar y saltar.