El diablo compro mi tiempo
a cambio de unas monedas de oro
en esas horas comprometidas
donde me podría preguntar cualquier cosa.
Los refranes son sabios
la avaricia rompe el saco y tiene razón
al diablo no se le puede permitir
hurgar en tu corazón.
Por un valor determinado
sabe toda tu vida y tu alma entera
luego con el apego que le coge
te destruye desde dentro.
El diablo no es más diablo
si el que le deja serlo no está atrapado
si las cadenas y los barrotes no existieran
ni por mucho oro lo hubiese derrotado…