Haces de tus heces
un experimento social
donde el estiércol te camufla
como a un buen cerdo.
Te manifiestas con pancartas
con letras de fuego de tu boca
donde insultas al rebuzno
de la poesía más rancia.
Te equivocas despectivamente
con todo lo que te rodea
la gente te cae gorda fingida
basura que hasta por serlo hueles.
Una lección de vida
ese señuelo que pones a cada uno
cada loco con su tema
y tu dedo como no metido en el culo.