En las tiernas batallas
de mi corazón interno
siempre las pierdo o las gano
según tu estado de animo.
No puedo hacer nada
ni siquiera demostrártelo
pero según la fuerza del abrazo
ganas la guerra del beso.
En la mirada inquieta
de atacar cuando no se espera
es lo mejor hecho
para ganar el terreno.
En el paso adelante
de toda la energía producida
la que generamos juntos
te lo contaré cuando te vea.