No puedo volver a sufrir
el silencio de la soledad,
los suspiros apagados entre gritos
con la mirada perdida en ti.
En ese abrazo necesario
que deja un punto y aparte al latido,
con las luces largas profundas
sacando las miserias del pozo.
Con las puertas abiertas
sin unas llaves fijas,
un lado de la cama con esperanzas
esperando un último beso.
Esa espera interminable
de que suene el teléfono otra vez,
tantas cosas que describir
sin una hoja de papel…