En las cruzadas mas tiernas
se escarmienta al más débil,
hacer algo que no se acostumbra
es parte de las hadas.
Recapacitar aplastando
no hay marcha atrás,
alejar a las personas de otras
es el vino rancio de las épocas.
Las canas en los cabellos
son como los papeles de un divorcio,
como cuchillas ardientes
de alejar lo que sigue a tu lado.
En el silencio de las lágrimas
en el más oportuno fracaso,
los puentes colgantes aterrizan
en los platos llenos de fruta.