Las risas del nigromante
mata siempre al errante
sospechas de una cerveza
vacía sobre la mesa.
El primero en soltar hierro
en la cruzada parte del alma
en un camino duplicado
lleno de falta de estabilidades.
Como el humo perdido
en un beso desde las gafas
reconociendo el terreno
para sacar cosas del tiesto.
En la imagen invertida
de un trio satánico
donde lo que no predica come
del yunque a golpes dados…