Se tiene que hacer algo
a parte de nada
dejar de gritar por la ventana
atado a una cama.
Las lágrimas no se rinden
por muy bonitas que sean las flores
horribles o no lo sean
pensando en mis adentros.
Ir solo a ese destino
del que no vuelven los tiesos
como marcan un choque de manos
sin ser para nada amigos.
Entre una manta rota
y dos almohadas y media
tirar piedras hacia la cabeza
o volver a gritar por la ventana.