Varios besos de despedida
el tren había llegado
y mi cuerpo se tenía que ir,
mi mente y corazón
por supuesto se quedaban contigo.
Cuando se cerraron las puertas
el tren empezaba su marcha
tus manos y las mías se despedían,
nuestros ojos no se separaban
nuestras sonrisas empezaban a sentirse tristes
por la partida.
Cuando la estación desaparecía
intentaba encontrarte tras el cristal
pero ya no estabas y me mantuve en pie,
no quería sentarme,
no quería llorar
porque sabía que si lo hacía
la espera hasta volver a verte
se haría larga é insoportable.