Me doy pena a mi misma, creo que no merezco una raíz, que estoy de prestado y que lo único que hago es sufrir. Y cuando veo un dentista maravilloso con la que poder renacer de mis cenizas no estoy a su altura, no doy el nivel, su listón es demasiado para una muela tan insignificante como yo. Pero entiendo que sea poca cosa de ahí mi frustración, pensé que podía ser una muela normal y tener juicio, de volver a sentirme parte de una dentadura bonita y especial, que idiota soy no he aprendido la lección las muelas como yo no tenemos segundas oportunidades ni derecho al amor, nuestro destino es la soledad aunque podamos masticar de verdad, que tristeza. Quizás en una próxima vida encuentre las buenas raciones que no he tenido en esta, al final ser buena muela no te garantiza la felicidad, siempre seré una muela a la izquierda.