El colgado

Quiero saber

como cuelgan los malditos,

de la soga de esparto

sin usar sus dedos huesudos.

Rozando el cuello a la camisa

ropa vieja y cara demacrada,

en los años pasados sin presente

hasta orinarse en las suelas.

Rechinar de sus dientes podridos

con el tabaco de mascar en la garganta,

su último escupitajo

las pupilas levemente dilatadas.

Esperando el perdón de la plebe

donde corean su nombre sin justicia,

no hay cosa que más caliente

que ver el sufrimiento de otros.

2 comentarios sobre “El colgado

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