Caen las hojas del Carballo
se quedan en la tierra
aporte de abono y nutrientes
comida de algunos.
El viento se lleva algunas
las deja en mi puerta
con la paleta de colores
que representan su desgracia.
Ellas querrían seguir
dominando la naturaleza de su entorno
sin dejar su árbol madre
ni ser pisoteadas por nadie.
Recojo unas cuantas
secas y apiladas ayudan
para prender la lumbre en la chimenea
en los días aciagos.