Tosco y gris el peldaño
donde la gota de sangre moría
de una nariz rota caía
para malestar de la persona.
Se creía guapo de cara
ahora una lagrima derramaba
porque su rostro desvirgado
ha perdido la belleza.
Enojado y cabreado
fue en busca del puño ejecutor
y al llegar a su aliento
otro puño sus dientes golpeó.
Así que en dos momentos
perdió todo su encanto
y a pesar de que gritó dos veces
su bonita cara, no recuperó.