Confinados corazones
en temporada de no descanso
cubriéndose las espaldas
buscando la eternidad.
Donde el sol ya no da
y se baja la persiana
dejando las cortinas del alma
a la suerte distraídas.
Donde preguntan
cuando no se dice nada
pero el resultado o la respuesta
no tiene hilo ni senda.
Y otorga silencio
ya que nada tiene que decir
detrás de una cámara fija
jugando al ombligo de la palabra.