Te llamare
más allá de mis fuerzas
de una copa perdida
de un horizonte lejano.
De una rodaja de lima
entre tus labios
del olor a frenos del coche
como condones en un baño.
De un trabajo de verdad
con la gomina de ciudad
pegada al pelo de gato
por toda tu ropa vieja.
Sin tonterías de negaciones
sabiendo que llegaría el día
de diminutos perversos
sin una compensación adecuada.
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