Es la tijera curva
la que llega hasta el pellejo
deja la uña en carne
y pone el grito en el cielo.
Bebes una botella de agua
en cinco segundos sin respirar
cierras los ojos al tragar
no te quieres ahogar.
Planchas las camisas
incluso los calcetines ejecutivos
usas siempre cinto de cocodrilo
y un gorro de esparto fino.
Cantas como el culo
cuando acaba de comer fabada
pero te atreves con la bamba
aunque no tengas ni pizca de gracia.
Quieres ser la parte sana
como una zanahoria recién pelada
como esa sonrisa modesta
en el frío mármol de mi tumba.