Con los años
mi tranquilo vecindario
ese que se mide en años
va envejeciendo.
Su calles casi vacías
las arterias no traen visitantes
los comercios van cerrando
el corazón va lento.
No hay estudios nuevos
que rejuvenezcan los parques
ni el griterío de la felicidad
que dibujen sonrisas.
Se tarda una vida en conocer
las virtudes de uno mismo
se tarda un suspiro
vivir esa vida.
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