Te llevo dentro
con todo lo que implica
ese dolor físico.
Lo emocional que cargas
y con lo incomprensible
para mí limitado ser.
Sin vergüenza alguna
te lo manifiesto puesto que este dolor
es más denso que mi cariño y mi mente.
Aunque me rechazaras
de todas las formas posibles
que has encontrado las has dulcificado.
Es ese mismo latido
quizás tortuoso por mi naturaleza
lo único que me recuerda que sigo vivo.
Y no el quebranto
que me levanta me da un suspiro
que supura… extrañeza.
Así mismo
con todo declive sentimental
no te dejo de abrazar.
Con la sentida palabra
de lo siento…
de sentir.
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