Hace veinte años entre todas las lobas un Oficial se enamoro de la que menos ruido hacía, era la que pensaba que tenía menos oportunidades porque a diferencia de las otras no se presentaba alocada ni lanzada, era seda pura, inocencia, sinceridad absoluta. No buscaba un trofeo ella buscaba un compañero a diferencia de las otras lobas que buscaban el premio.
Han pasado los años, dos décadas y ninguno de los dos se han despistado el uno del otro, los sentimientos cuando son de verdad se mantienen a pesar de que la vida ponga barrancos, cimas altas, eclipses totales, piedras como planetas, silencios, gritos, ardores de estómago, chocolate. Y siendo sinceros para él ha sido lo mejor que le ha pasado porque siempre ha tenido a su lado a la mejor de las lobas, demostrando que no hace falta aullar más fuerte para hacer feliz a alguien ni ser el más fiera para ganar el corazón de la más bella.