Aún conservo viejos recuerdos

Ana salió de la ducha, estábamos en un hotel de un pequeño pueblo en la costa gallega. A pesar del cambio de idioma para ella el gallego le resultaba fascinante y lo intentaba asimilar como propio con rapidez. Entró en la habitación y yo estaba sentado a la orilla de la cama viendo de un poner un canal de fondo pues estábamos cansados de darnos una buena ruta de senderismo por un lago de media montaña de la localidad.

Era la primera vez que compartíamos hotel juntos ya que no nos habíamos dado el tiempo para ello, separados por miles de kilómetros y con nuestros trabajos iba a ser la primera vez para ambos.

Estábamos rotos y con agujetas y eso que había sido la primera etapa de un recorrido desde el Sur al Norte de varios días y después de comer en un pequeño restaurante la idea de una buena ducha y pasar la tarde descansando en el hotel era la mejor idea, queríamos ver la movida nocturna de ocio para bailar e irnos de copas.

Cuando Ana llego a mi altura de la cama se quedo mirándome fijamente, yo sabía que teníamos mucha tensión sexual acumulada de varios meses pero no sabía como reventaría la cosa y quería ser prudente, cosa que obtuve respuesta en un pestañear de ojos. Ana seguía mirándome fijamente y tirándome hacia atrás saltando encima me dijo: te voy a comer todo.

Ya no pensaba en las agujetas, ni como íbamos a romper el hielo en nuestra primera vez, ni en salir a bailar de noche, ni en el trayecto del día siguiente, ni en los meses de espera, sólo sé que me comió enterito y no puse resistencia alguna, fue un momento maravilloso y un recuerdo inolvidable. Ana fue de esas compañeras que aceptaban el camino largo con la mochila en la espalda sin quejarse, era como yo y juntos viajamos y vivimos momentos únicos. Como en tantas otras expediciones de mi vida la de mochilero fue la más completa y Ana una de las mejores compañeras en esos años de recorrido, un día ella se fue al calor y yo necesitaba del frío, ella se fue hacia el sur buscando tierras más cálidas yo tras una parada en el Norte me fui a una aventura por América latina con mi mochila.

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