Suspiras
entre tu corazón y tus piernas
tus deseos más ocultos
el canto del grillo.
Al igual que un gato
te ronronea como un motor
cerrar los ojos al cielo
en busca del placer más rápido.
Vuelves a suspirar
no quieres cobrarte favores
que hagan de tus piernas un puente
a un momento de felicidad.
Aunque es de ley
y de fábula entre todos los seres
lo que arde como volcán
lo tenemos todos.
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