No tengo nada espiritual
he trascendido mentalmente,
al otro lado de los vivos
allá donde fue mi alma.
Un viaje en su búsqueda
donde no cabe el miedo,
en cada paso se lucha
la última gota de vida.
Es otra dimensión
donde el dolor es un faro,
los gritos de ayuda cánticos
que no se pueden parar.
Y no queda amor
ni manda el corazón para algo,
sólo un cuerpo difuminado
por el paso de los años.
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