Llora y llora
lo que se comen los demás
que la envidia te corroe
ya no lo puedes demostrar más.
Y te estás quedando solo
porque tu manera de predicar aburre
estuvo bien una vez como chiste
pero ahora es una tortura.
Faltón sin escusas
contra quién te mejora en algo
como un niño en el recreo
que se ha quedado sin caramelos.
Y ya puedes llorar
patalear con una rabieta
que por mucho que lo intentes
no te darán las cosas hechas.
Buena entrada
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias historiasconk, un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona