Cuantas veces te he negado
los besos que me pedías,
no soy un loco enrabietado
ni creo que no tenga valía.
No puedo darte mis besos
ni tu puedes robármelos,
son de otra persona
a la que me he confesado.
La quiero sin verla
y la quiero sin nada a cambio,
incluso si sus ojos no me ven
o si no puedo sentir sus abrazos.
Reblogueó esto en RELATOS Y COLUMNAS.
Me gustaLe gusta a 1 persona