Juego de mascaras
correteando por la cárcel,
la prisión de los años
feliz cumpleaños.
Desconsolado
y demasiado abandonado,
exceso de soledad
y de vientos tuertos.
Sin tarta que tragar
ni velas que soplar,
se pierde la esencia
del vivir y no morir.
Otro día más sin reír
ni payasos con globos,
sin la libertad justificada
de regalos inesperados.
Y así pasamos el tiempo
con el abrazo felino,
con el champán de las lágrimas
y el tirón de orejas.