Sugerirte ternura entre leprosas manos
de llagas arrancadas por las lenguas viperinas,
comodidad de tus adentros en una cama
sin salir al frío lugar que yo habito.
Y me salpicas tu veneno
queriendo hacerme culpable sin deseo
que no siento ya el latido
de tus puñaladas cada vez mas violentas.
Termino y por ti no sigo carretera
que asfalta mi piel como tu látigo,
que no eres buena persona ni humana
te has vuelto al final una vulgar perra.