Lo cambiaste todo

Dos veces me traicionaste

y diste cumplida venganza,

ahogaste mi llanto del amor

en una balsa de estiércol barata.

No tienes remordimientos

dejaste tu corazón cuando eras joven,

no por miedo a envejecer

sabías que de vieja serías más cabrona.

Y dejaste de aceptar flores

te arrimaste con fuerza a la guadaña,

incluso te cambiaste de nombre

pero seguiste femenina y te llamaste Muerte.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s