Siento el torrente frío
sobre mis huesudas cavidades,
la naranja de mi piel
se hace vapor de hielo.
Solomillo encogiendo
en vanos cristales,
mi cuerpo unión de moléculas
se prostituye a la nieve.
Reparte un calor
que siempre fue inexistente,
el pensar que algo
invadiría mi blanca vida.
Grito ante el sueño
que me arranca las entrañas,
desaparezco efusivo
petrificado en laminas transparentes.